Quisiera ser...

El otro día, la gatita Patricia, me explicó una transformación que vivió ella misma, y me explicó lo siguiente:

'Una mañana que se presentaba tranquila, algo me asustó repentinamente, me encontraba en un ambiente desconocido, no respiraba de la misma manera, no me movía como lo solía hacer, algo había cambiado pero no conseguía descubrir qué era.

Me intenté desplazar como podía pero mis patas no me lo permitían, y mi tamaño ha´bia empequeñecido. No conseguía caminar más rápido y me movía con demasiada lentitud.

Sobre el lugar en el que me encontraba, era una plaza en el mar Mediterráneo pero me sentía protegida por una especie de escudo en mi espalda.

Mis patas eran muy pequeñas y cortas, mi cola ahora medía muchísimo menos de lo que antaño medía y mi cabeza era minúscula.

Mis dientes habían desaparecido y los reemplazaba una especie de pico con el que podía cortar cualquier cosa.

Me aproximé al agua para ver mi reflejo, pero accidentalmente una ola me arrastró hacia las profundidades y descubrí que era capaz de nada con cierta rapidez.

Al principio contenía la respiración ya que pensaba que no sería capaz e poder respirar con normalidad pero conseguí aguantar diez minutos bajo el agua y me di cuenta de que no pasaba nada.

Recorrí una grandiosa distancia, me resultaba agradable nadar y encontrarme con diferentes tipos de peces y seres marinos sobre los que antaño había leído. Todo aquello que sucedía me parecía increíble, estaba todo lleno de colores y conocí a muchísimos seres diferentes. ¡Me encantaba ese nuevo hábitat!

La noche anterior me fui a dormir como una gata pero esa misma mañana me convertí en...